New York Cheesecake

Que decir de los postres... de ahí empezó mi afición a la cocina. Tenía 12 añitos cuando le cogía a mis padres las llaves de casa para entrar a escondidas mientras ellos y mis hermanos estaban fuera y a mi me dejaban jugando en la calle con mis amigos... El mejor plan era meterse en la cocina a hacer bollos o cremas de chocolate que nos volvían locos... mi madre siempre tenía todo bajo llave porque no entendía como podían bajar las provisiones de casa si no estaba ella... claro, si me vieraís con 12 años era evidente que el niño se lo estaba comiendo todo... era gordito y "salao", como ahora pero con 24 años menos. Lo malo que un buen día llegaron antes de lo previsto y nos pillaron con las manos en la masa... nunca mejor dicho porque estabamos haciendo un bizcocho de chocolate para llevárnoslo a la calle y comerlo agusto.

Por aquel entonces ya teníamos la thermomix, una maravilla de la tecnología... pero de aquella, aún no calentaba, era naranja y muchísimo más pequeña que las últimas generaciones... Desde entonces siempre he tenido una thermomix en casa, mi madre la tenía y cuando me emancipé me regaló la suya vieja porque se compró otra... y así hasta poder tener yo la mia, la T-21, porque la nueva salió al poco de comprarme yo la que tengo. Pero bueno...

Hoy la cosa va de postres. Una de las tartas favoritas de todo el mundo es la New York Cheesecake y hay un blog maravilloso que se llama Velocidad Cuchara de he sacado esta receta y ayer la hice por la tarde y que por supuesto hemos desayunado y tendremos de postre para comer hoy:

New York Cheesecake

Ingredientes:

Para la base:

• 300gr de galletas tipo digestive
• 60gr de margarina
• 50gr de almendras

Para el relleno:

• 6 huevos
• 600gr de queso philadelphia o similar
• 400gr de nata
• 200gr de leche condensada
• 1 cucharadita de azucar vainillado o ralladura de limón

Cobertura:

• 1 bote de confitura de arándanos o frambuesas, a tu gusto.

Preparación:

Yo voy a decir como la haría sin thermomix, porque mucha gente no la tiene, aunque debería, y no es nada complicado.

Para la base, pica bien las galletas en una batidora, picadora, o lo que tengas a mano. La margarina derritela y pica también las almendras (yo compré un paquete de almendra molida, así te ahorra el trabajo). Mezclalo todo bien, con mucho cariño, dale fuerte a las manos, rodillo o lo que quieras para que te quede una pasta maleable y puedas forrar el fondo y paredes de un molde desmontable. Una vez hecho eso, mete el molde en el congelador así cogerá consistencia.

Ten en cuenta que esta tarta se hace al baño maria en el horno, así que ve precalentándolo con un cacharro lo suficientemente grande con agua para que te quepa dentro tu molde y así cuando vayamos a meterlo el agua la tengas caliente.

Mientras preparamos el relleno que es más fácil que preparar la base. Primero echa los huevos en el vaso de la batidora y si no tienes... pues a batirlos con mucha fuerza... hasta que estén bien ligados y esponjosos, una vez hecho esto vamos añadiendo por este orden: primero la leche condensada, la nata, la vainilla, la ralladura o esencia de limón y por último pon el queso. Una vez preparado el relleno, sacamos del congelador la base y echamos la mezcla. Lo forramos de papel de plata para que no entre agua al molde y lo metemos en el horno de 45 a 60 minutos a 18oº.

Una vez lo saques del horno, deja que temple y luego a la nevera, hasta que esté bien fresquito, luego no te olvides de echarle la cobertura que hayas elegido...

Está delicioso, os lo aseguro...